Asesinato de Luis Donaldo Colosio

El asesinato de Luis Donaldo Colosio ocurrió el 23 de marzo de 1994 en Lomas Taurinas, una colonia popular de Tijuana, Baja California, durante un acto de campaña. Colosio era el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la presidencia de México, y su muerte conmocionó profundamente al país, generando incertidumbre política y una gran desconfianza social.

Colosio había sido designado por el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari como el candidato oficial del PRI, pero durante su campaña comenzó a mostrar una postura más crítica del sistema político mexicano. Su famoso discurso del 6 de marzo de 1994, en el que hablaba de un México con hambre, sed de justicia y grandes desigualdades, fue interpretado como una señal de que buscaba una transformación más profunda del país, incluso dentro de su propio partido.

El presunto asesino, Mario Aburto Martínez, fue detenido en el lugar de los hechos y sentenciado por homicidio. Sin embargo, desde el inicio surgieron dudas y teorías sobre la versión oficial. Muchas personas, incluidos periodistas, analistas y sectores de la sociedad, han cuestionado si realmente actuó solo o si fue parte de una conspiración más amplia dentro del poder político.

El asesinato de Colosio ocurrió en un contexto de gran tensión nacional. Apenas unos meses antes, en enero de 1994, había estallado el levantamiento del EZLN en Chiapas, y México vivía una situación de creciente descontento social, pobreza, y dudas sobre el rumbo del sistema político y económico.

La muerte de Colosio no solo significó la pérdida de un posible reformador dentro del PRI, sino que también aceleró la crisis de legitimidad del partido y del sistema político que había gobernado el país durante décadas. Su figura se convirtió en un símbolo de esperanza frustrada y, con el paso del tiempo, en una referencia moral para quienes buscan una transformación democrática en México.